[CRÍTICA] Mr. Turner: la pintura en movimiento

Mike Leigh, director británico de famosas obras reconocidas como Secretos y Mentiras, se aventura en este biopic a retratar la vida de uno de los grandes pintores paisajísticos británicos del mundo, Joseph Mallord William Turner. Este retrato grabado en celuloide está reconocido como una de las mejores películas del 2014 y arrastra multitud de nominaciones y premios que certifican su calidad.

J. M. W. Turner es un pintor reconocido y respetado por aristócratas y artistas. Vive con su padre, su ama de llaves y viaja ocasionalmente en busca de inspiración. Su vida, dedicada plenamente al arte, se verá burlada por varios hechos que le traerán tragedias y deshonras por parte de la sociedad, aunque a la vez le traerán personas que realmente le valoren.

Durante dos horas y media, el espectador se adentra enla Inglaterra del siglo XIX, donde conocemos no a un pintor, sino a todo un característico personaje, robusto, intenso, basto e increíblemente interpretado por Timothy Spall cuya mirada y gemidos hacen que se dibuje una sonrisa en el rostro del espectador. El interés del film se centra en la interpretación del pintor, donde los sucesos y acciones se desarrollan de forma discreta, sin interrumpir dramáticamente el ritmo sosegado del film, donde poco a poco suceden cambios relevantes para Turner y su pintura, desde la pérdida de un familiar querido hasta la interrupción de una nueva máquina que captura la luz, la cámara. 

Pero no solo es destacable Timothy Spall, pues al tratarse de una película sobre un pintor, la fotografía debe cuidarse meticulosamente, y este film es el ejemplo perfecto de una fotografía conectada a la perfección con la pintura del pintor, donde numerosas escenas reproducen los ambientes de sus cuadros y aquellos momentos clave que le inspiran para pintar su locomotora caótica llena de vapor o su característico caos de barcos sobre una tormenta marina.

Acudan a esta exposición de 150 minutos donde verán no solo pinturas, sino también la persona que hay detrás de ellas, en donde, como en muchos biopics de artistas, se muestra su inevitable declive, pero no porque su arte baje de nivel, sino porque la sociedad del momento no supo valorar su madurez.