
Citizenfour es un documental dirigido por Laura Poitras, candidato al Oscar a Mejor documental, que nos muestra el proceso por el cual se consiguió revelar uno de los mayores escándalos mundiales y vulneración de los derechos humanos de los últimos años. El espionaje global que Estados Unidos sigue practicando indiscriminadamente. Cuesta creer que un documental así haya salido a la luz sin problemas y haya encontrado tal filón en Estados Unidos como para ganar numerosos premios y ser candidato al Oscar con lo perjudicial que es para su gobierno.
La película comienza con la
directora del documental, con dificultades gubernamentales debido a sus
anteriores trabajos, también “incómodos” para el gobierno de USA, recibiendo
unos misteriosos mensajes de correo electrónicos cifrados. La misteriosa fuente
habla de revelar grandes secretos de Estados Unidos y de sus escuchas ilegales.
Firmando como Citezenfour, la fuente aceptar reunirse con Laura Poitras y dos
prestigiosos periodistas de investigación del mismo corte informativo. La
fuente resulta ser Edward Snowden, el informático y analista de sistemas que
destapo al mundo el pasado 2013 todos los detalles del espionaje de todas las
fuentes de información, teléfonos, internet, móvil, redes sociales, que la NSA
(Agencia de Seguridad de Estados Unidos) había establecido indiscriminadamente,
saltándose su propia constitución y leyes, contra el mundo entero.
El documental se basa en estos encuentros
grabados, reflejando no solo la veracidad de la información, sino el miedo y la
paranoia que sufren sus protagonistas, sabedores a ciencia cierta de que en
cualquier momento pueden derrumbar la puerta y detenerlos: “Si tienes el teléfono
(de la habitación del hotel) enchufado te pueden escuchar, todos tienen un
microordenador dentro que lo permite”.
Tanto los defectos como las
virtudes de este multipremiado documental proceden de su misma característica.
Ante todo, estamos ante un documental periodístico, con poco tratamiento
cinematográfico, con tomas con fallos técnicos y de poca planificación, sin
diferenciar técnicamente de cualquier making-of. No estamos ante un documental estilizado, estamos
ante un documental objetivo y puramente informativo cuya gran fuerza es su
poderosa información. Ser testigo de situaciones y testimonios francamente
potentes que deberían cambiar nuestro punto de vista hacia el mundo en el que
vivimos.
También es muy interesante el
tratamiento que le da a su protagonista, Edward Snowden. Un hombre que arriesgo
su vida, su familia, acepto ser refugiado internacional, poder ser acusado de
traición en su país y posiblemente no poder volver a él jamás o dejar atrás a
sus seres queridos y a su pareja, solo por el deber de decir la verdad. Como el
mimo dice, “a mí me gustaba internet antes de saber esto, quiero que me lo
devuelvan, que me devuelvan mi libertad, por eso lo hago”. Pero no estamos ante
un documental sobre un héroe, en todo momento vemos a Snowden como un hombre
normal, con miedo y dudas pero con muchísima inteligencia y conocimiento de su
situación.
En definitiva, un documental
revelador, más que un objeto cinematográfico, un documento fílmico esencial
para entender el hecho más importante de la situación actual mundial, la falta
de libertad.
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