Ya se va acercando el final del
IBAFF 2016. En el penúltimo día de Sección Oficial hemos podido disfrutar de
nada menos que cuatro largometrajes a concurso. De España a Lituana, del documental
a la ficción, una jornada, de nuevo, completa y de altos vuelos en el IBAFF.
La gran sorpresa de la tarde fue Devil’s rope (Sophie Bruneau, 2014)
interesantísimo documental belga que va, al contrario que Hitchcock, de lo más
pequeño a lo más grande. La intención parece ser recorrer Estados Unidos,
especialmente el oeste y el mundo de los colonos y ganaderos. En su camino, un
continuo travelling hacia la izquierda del cuadro, veremos los grandes
horizontes llenos de ganado e inmensidad que hicieron grande al western. Estos
planos serán interrumpidos por diversas declaraciones de personas muy dispares.
El documental parece centrarse en los alambres de ganado, algo tan pequeño e
irrisorio en lo que nunca nos interesamos y en lo que no parece que haya nada
en lo que fijarse. Conforme avanza este documental descubrimos que hay
coleccionistas de alambre, libros sobre alambre y cientos de tipos de alambres
distintos: para ganado, militares, para prisiones, fronteras, más o menos
dañinos, etc. Una sensación empieza a formarse, los alambras importan más de lo
que pensamos. Cuando un fabricante de alambre nos cuenta como vendió a todo el
mundo (destaca España) grandes cantidades de alambre en forma de garfio, ya que
como nos explica gráficamente, arranca como ningún otro la piel del que lo
intenta traspasar, empezamos a comprender. Después de abrirnos los ojos con el
daño que puede sufrir alguien con esos complicadísimos rollos de acero el
documental va más allá, se adentra en el desierto, donde nos cuentan como los
que pasan esas barreras de alambre (la frontera de EEUU con México) mueren después
allí de hambre y sed. La identificación de esos cadáveres, en alto estado de descomposición,
es el siguiente paso en un documental que abre la mente, nos alerta y nos deja
claro lo iluso y poco observador que es el ser humano con el mal que le rodea.
Devil’s rope tenía otra misión en la programación del IBAFF,
allanar el terreno para la llegada del siguiente documental. Muros es un documental español, dirigido
por Pablo Iraburu y Migueltxo Molina, autores de uno de los mejores documentales
que han pasado por el IBAFF, Pura vida
(2012). Este documental, de corte más televisivo, académico y/o informativo que
el anterior, nos narraba, de forma clara y concisa, la situación alrededor de
tres grandes muros: México y Estados Unidos, Sudáfrica y Zimbabue y Melilla (España)
y Marruecos. Tomando como protagonistas tanto a saltadores y afectados como a
los protectores de las vallas, el documental ejemplifica de forma clara la
evidencia de lo absurdo de estas separaciones. Ni los que quieren saltarlos ni
los que los protegen los ven útiles pero ahí siguen en pié. Al final, el
documental deja claro que esto son solo tres ejemplos, hay muchísimos más. Con
el uso de la pantalla partida y la multipillantalla, este documental posee una
narración muy ágil y clara. Por ello
logra transmitir tantos puntos de vista, en lugares tan lejanos y de parte de
personas tan dispares, de forma clara, concisa y atractiva.
Después llegó The summer of Sangaile (Alanté Kavaïte,
2015), una película lituana, premiada en Sundance, que trata la adolescencia de
una joven con problemas. The summer of
Sangaile nos muestra un verano en el que una joven, con vértigos y problemas sociales y de inseguridad, encuentra en el amor con una amiga la manera de
formarse como persona. Película con el sobreexplotado sello Sundance cuya
mejor cualidad es la cercanía de sus protagonistas y la leve, aunque agradable,
poética de muchas de sus imágenes veraniegas, a destacar el primer encuentro
sexual de las protagonistas. Pese a que nunca llega a caer en la cursilería y
el relato se sucede correctamente hasta un final coherente y maduro, la
película no llega nunca a decir nada que no hayamos visto muchas veces.
Para cerrar la jornada llegó la
última obra del gran José Luis Guerin. Laacademia de las musas es, sin duda, una de las grandes obras del año y, muy
probablemente, la mejor obra que ha pasado por el IBAFF este año. No sería
distinto en cualquier otro festival donde asomara la nueva obra de Guerin. Todo
un canto a la palabra en el cine, una sucesión de grandes diálogos y estímulo
mental en una obra que, con escasisimos medios, no deja de sorprender, incluso
estéticamente. Recordamos nuestra crítica a una de las mejores películas de la
temporada aquí.
Por Rafael S. Casademont
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