Steven Spielberg vuelve a ponerse
a los mandos de una película, de nuevo, fijando su foco de atención en uno de
los momentos clave de la historia de su país, esta vez la Guerra Fría. Pese a
los elogios recibidos, la garra de Spielberg parece estar, ya jubilada,
pescando en Florida.
Basada en un suceso real, El puente de los espías cuenta la
historia de un abogado neoyorkino, Martin Donovan, que después de convertirse
en el más odiado de América por defender (de oficio) a un espía soviético,
podría convertirse en el más admirado del país por negociar en Berlín oriental
el intercambio de su defendido por un joven espía americano.
En la película es de Spielberg,
un viejo lobo del oficio, como siempre no hay nada fuera de lugar, todo está
perfecto y reluciente. El ritmo, la narración, la fotografía, nada falla en
esta película, salvo lo más importante. No hay nada que llame la atención, nada
que la distinga, ni pizca de chispa o gracia más que pasar un rato levemente
entretenido en una historia cuyo interés como curiosidad histórica esta por
arriba del fílmico.
La ausencia en la música de John
Williams y un, cada vez más deforme Tom Hanks, cuya cara le hace parecer un
personaje de plastilina de Aardman y cuyo bronceado sitúa sus orígenes cuanto
menos en el Caribe no ayudan a una película que sin duda acabará con buenos
resultados en taquilla. El personaje De Hanks, cómo no, un hombre ideal,
perfecto, valiente, padre de familia impoluto, abogado espectacular, ingenioso,
noble y justo resulta de lo más inverosímil ya que, aunque Spielberg quiera,
sin ninguna sombra la luz no se aprecia.
Es cierto que Spielberg denuncia
(más o menos) la paranoia con grandes tintes racista que vivió su país ante el
demonio soviético pero no dejan de ser más que apuntes puntuales para impedir que
a esta película se la critique por patriótica. Es, obviamente parcial, ya que
está contada desde USA pero no abusa de su patriotismo. Simplemente es un correcto
trabajo de Hollywood, una película visible que será olvidada en breve (salvo
para los fans de la Guerra Fría) para que la lista de la compra ocupe su lugar.
no he seguido todas vuestras publicaciones. Es más, soy reciente lectora de este blog. Pero no estoy de acuerdo en tu crítica. Spielberg mantiene su garra perfectamente afilada en este filme. Con su tónica habitual consigue mantenerme en vilo hasta el final, con una construcción perfecta del escenario. Además, me ha dolido especialmente tu crítica hacia Tom Hanks, que no solo hace un papel extraordinario, en la que literalmente se sale de la pantalla, sino que todavía conserva un atractivo casi místico que te atrapa completamente y te introduce en el película.
ResponderEliminarHola, muchas gracias por comentar. Es difícil hacer críticas negativas, siempre se es un poco injusto, sobretodo cuando globalmente la película esta siendo bien valorada. Perdona si te he ofendido. El bronceado y rostro de Hanks, a mi personalmente me pareció algo ridículo, pero obviamente es un actor cuya carrera acredita de sobra el efecto que dices que te provoco su interpretación. La tensión narrativa en Spielberg está asegurada pero me esperaba algo más que una narrativa que no me aburriera en ningún momento. Me esperaba algo que además me llamara en algo la atención. Dicho esto, como siempre es mi opinión y solo mi opinión. La tuya es igual o más validad, gracias por compartirla con nosotros y por leernos.
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