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23 de enero de 2015

[CRÍTICA] “Whiplash”, El tándem perfecto entre Música y Cine.

Whiplash

Dirigida por Damien Chazelle, “Whiplash” es una más de las películas que ha arrasado entre la crítica y el público en cada Festival que se proyectaba. Una película que parte con 5 nominaciones para los próximos Oscars incluyendo el deseado a “Mejor Película”. Y no es de extrañar, ya que estamos ante un film que deja sin aliento tras su hora y media de visionado, donde los protagonistas Miles Teller y J.K. Simmons acompañados de los dos temas musicales principales (“Whiplash” y “Caravan”) hacen un tándem perfecto en un film soberbio e irrepetible.

En ésta, se nos narra la ambición  de Andrew Neiman (Miles Teller), un baterista de jazz cuyo objetivo es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio, y cuando elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.

En este sentido, a lo que asiste el público al ver este film, es a un ring de boxeo musical donde alumno y profesor a golpe da baqueta consiguen crear una sensación de tensión, ansiedad y curiosidad que hacen que abramos los ojos como los platillos que el protagonista destroza para no pestañear ni un momento. Pero es que además, Chazelle consigue a través de “Whiplash” y “Caravan” una fusión entre imagen y sonido que son el perfecto diálogo para un argumento donde prácticamente las palabras sobran, ya que cada golpe de baqueta, cada platillo, cada caja, cada bombo resonando mientras se funde con la expresión de los dos protagonistas, consigue trasmitir en el espectador todo lo que Chazelle pretendía: la obsesión por intentar ser el mejor, la perfección, lo alcanzable sólo para unos pocos, pero ¿A qué coste?

Y lo más importante, el amor por la música, siendo un film que puede conseguir que hasta la persona menos musical del mundo muestre interés por lo que está escuchando, ayudado también por un muy buen montaje del director que consigue que cada nota tenga su sentido en  cada plano que nos ofrece.

Un film muy trabajado donde sudor y sangre se desprenden por el protagonista con la misma sintonía con la que el amor por lo que hace se conjuga con la obsesión por la perfección de su profesor, ofreciendonos un combate musical que paradójicamente nos entrega el buen cine que puede dejar K.O. a cualquier espectador.

NOTA: 8.5 
Por Joaquín Muñoz

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