La actriz australiana Jennifer Kent se embarca en su debut
como directora con este film de terror que ha obtenido buenas críticas
internacionales. Su ópera prima va más allá del objetivo de asustar, se acerca
a la mente y al corazón del espectador y conmueve tanto como aterroriza.
Amelia no se ha recuperado de la muerte de su marido hace
siete años, el mismo día que nació su hijo Samuel. Además de criar sola a su
pequeño, tiene que lidiar con él, que cada noche tiene miedo de que un monstruo
con el que sueña vaya a buscarles y acabe con ellos. Una noche como tantas
otras, su madre le va a leer un cuento antes de dormir. Él elije uno llamado Mister Babadook, pero Amelia se da
cuenta de que no es un libro infantil convencional, es un misterioso libro
protagonizado por un aterrador monstruo llamado Babadook. Samuel, convencido de
que Babadook es ese monstruo con el que sueña siempre, comienza a obsesionarse
de manera enfermiza. Ella, está cansada de sus monstruos infantiles, pero
pronto se dará cuenta de que Babadook no es precisamente un monstruo que existe
en la mente de su niño y comenzará a vivir extraños sucesos en su casa
alrededor de ese ser aterrador que viste sombrero de copa y una larga capa
negra.
Babadook es una
película de terror diferente, eficaz en sus sustos pero ni mucho menos
convencional en los típicos estereotipos de películas de este género. Claro que
tiene gritos, sorpresas y banda sonora que intenta levantarte del asiento, pero
estos elementos se quedan en un segundo plano para dar protagonismo a otros y,
sobre todo, para sumergir al espectador en una historia con un buen fondo
detrás, donde comprendes la vida de los personajes, sus miedos y sufrimientos,
sus deseos inmediatos y los más profundos y oscuros… Y es que, esos sustos se
acompañan de temas tales como la pérdida, el dolor y otros monstruos más
abstractos que podrían materializarse perfectamente en Babadook.
Además, Jennifert Kent crea un ambiente especial haciendo
referencia a clásicos del cine tales como Nosferatu,
en las largas y afiladas garras de su monstruo protagonista, al universo de
fantasía y horror de Méliès, donde pequeños diablillos de sus películas
presentan a Babadook tras estelas de humo o incluso a El hombre que ríe, en la sonrisa macabra y aterradora del monstruo.
En definitiva, Babadook es una de las mejores películas de
terror que se pueden ver últimamente en el cine, corroborado por premios como
el del Premio del Jurado del Festival de Sitges (también se llevaron el de
mejor actriz). Es la relación perfecta entre calidad cinematográfica y terror, tan
solo deben recordar no pronunciar la última sílaba de su nombre tres veces,
porque si no, desearán estar muertos.
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