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21 de enero de 2015

10.000 km: el amor a través de una pantalla


Este último año ha sido muy bueno para el cine español: cintas diferentes, que descubren nuevos mundos (como el retorcido y atractivo de Magical Girl) y vueltas de tuerca de representaciones de tópicos (como el de chico conoce chica y sus consecuencias en Stockholm).


Esta crítica centra la atención en 10.000 km, ópera prima dirigida por Carlos Marqués-Marcet, en donde tan solo hay dos personajes, encarnados por Natalia Tena y David Verdaguer. Ella ha trabajado más en producciones extranjeras que nacionales (en conocidas obras audiovisuales como Juego de Tronos o cuatro entregas de la saga Harry Potter), él en pequeñas producciones españolas de televisión y poco más. Sean cuales sean sus filmografías pasadas, esperemos que, a raíz de esta película, podamos disfrutar de sus interpretaciones en futuras propuestas cinematográficas españolas.


La película, de 98 minutos de duración, cuenta la historia de una pareja estable que desea un niño, cuando, de repente, ella recibe un mail en el que le informan que ha conseguido una beca para pasar un año en Los Ángeles. Este es el detonante que llevará a los dos protagonistas a vivir su relación a 10.000 kilómetros de la manera más cercana posible actualmente: a través de sus pantallas de ordenador.


Tan solo viendo el principio del film el espectador percibe que se adentra en una película interesante y con muchas posibilidades, abriéndose con un plano secuencia de 23 minutos. Pero no es un plano secuencia llamativo, con intenciones pretenciosas y espectaculares, es un plano que fluye con la acción y con los movimientos rutinarios de los personajes. Este inicio se convierte en una unidad coreográfica perfecta, donde el sexo, la ducha y el desayuno forman una coraza que se romperá tras la decisión de la protagonista.


El director acostumbra al espectador a la cercanía física de los dos personajes para hacer evidente la inevitable desintegración de la relación a causa de la distancia. Mientras ella vive su sueño en Los Ángeles, él se va hundiendo poco a poco en la soledad, sobreviviendo como un guardián de la casa y del proyecto en común que se quedó en pausa.

La cinta, en su aparente simplicidad, hace reflexionar sobre la comunicación a través de Internet, esa gran red que nos conecta con todo el mundo a la vez que, irónicamente, nos incomunica entre nosotros. Llamadas por Skype, recorridos por las calles a través de Google Maps… 10.000 km mezcla el lenguaje cinematográfico con estos elementos tan comunes de la tecnología actual, transmitiendo una sensación de veracidad, realismo y frescura, a la vez que funde al espectador en un relato doloroso, tierno y apasionado. 



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2 comentarios :

  1. De mis películas favoritas del 2014. ¡Muy buena crítica, compañera de la pasta! :)

    Saludos!
    www.spaguettisblog.com

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    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias, Alberto! Me alegro que te haya gustado la crítica y gracias por pasarte por aquí, ¡así he podido conocer tu blog!

      ¡Un saludo!

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