Este último año ha sido muy bueno para el cine español: cintas diferentes, que descubren nuevos mundos (como el retorcido y atractivo de Magical Girl) y vueltas de tuerca de representaciones de tópicos (como el de chico conoce chica y sus consecuencias en Stockholm).
Esta crítica centra la atención en 10.000 km, ópera prima
dirigida por Carlos Marqués-Marcet, en donde tan solo hay dos personajes,
encarnados por Natalia Tena y David Verdaguer. Ella ha trabajado más en
producciones extranjeras que nacionales (en conocidas obras audiovisuales como
Juego de Tronos o cuatro entregas de la saga Harry Potter), él en pequeñas
producciones españolas de televisión y poco más. Sean cuales sean sus
filmografías pasadas, esperemos que, a raíz de esta película, podamos disfrutar
de sus interpretaciones en futuras propuestas cinematográficas españolas.
Tan solo viendo el principio del film el espectador percibe que se adentra en una película
interesante y con muchas posibilidades, abriéndose con un plano secuencia de 23
minutos. Pero no es un plano secuencia llamativo, con intenciones pretenciosas
y espectaculares, es un plano que fluye con la acción y con los movimientos
rutinarios de los personajes. Este inicio se convierte en una unidad
coreográfica perfecta, donde el sexo, la ducha y el desayuno forman una coraza
que se romperá tras la decisión de la protagonista.
El director acostumbra al espectador a la cercanía física de
los dos personajes para hacer evidente la inevitable desintegración de la
relación a causa de la distancia. Mientras ella vive su sueño en Los Ángeles,
él se va hundiendo poco a poco en la soledad, sobreviviendo como un guardián de
la casa y del proyecto en común que se quedó en pausa.
La cinta, en su aparente simplicidad, hace reflexionar sobre
la comunicación a través de Internet, esa gran red que nos conecta con todo el
mundo a la vez que, irónicamente, nos incomunica entre nosotros. Llamadas por
Skype, recorridos por las calles a través de Google Maps… 10.000 km mezcla el lenguaje
cinematográfico con estos elementos tan comunes de la tecnología actual, transmitiendo
una sensación de veracidad, realismo y frescura, a la vez que funde al
espectador en un relato doloroso, tierno y apasionado.
De mis películas favoritas del 2014. ¡Muy buena crítica, compañera de la pasta! :)
ResponderEliminarSaludos!
www.spaguettisblog.com
¡Muchas gracias, Alberto! Me alegro que te haya gustado la crítica y gracias por pasarte por aquí, ¡así he podido conocer tu blog!
Eliminar¡Un saludo!