El próximo viernes se
estrena en España la más ''discreta'' película nominada a la
categoría de Mejor Película en la edición de los Oscars de este
año. Y digo ''discreta'' porque quizás es la que menos repercusión ha tenido en las diversas y típicas apuestas y porras para los
premios que ofrece la Academia.
Philomena
nos plantea la historia real de una mujer irlandesa que da nombre a
la película, internada en un convento durante su juventud tras un
breve encuentro pasional y quedar embarazada, las monjas vendían
estos niños sin padre a familias americanas generalmente bien
posicionadas. Philomena con la ayuda de un periodista intentará
investigar el caso de la desaparición de su hijo.
El
comienzo del film no promete demasiado, contándonos, quizás de
forma excesivamente dramática y enternecedora, la pérdida de un
hijo expresado en el profundo dolor de una joven e inocente madre.
Más tarde, conforme avanza, el guión de Coogan parece querer
abarcar muchos más horizontes de los que habríamos apostado en los
primeros quince minutos de cinta. Vemos de esta manera un
enfrentamiento religioso entre Philomena y su acompañante, ambos
polos opuestos en cuanto a cuestiones de fe, que tendrá como
finalidad que sus creencias y principios se tambaleen conforme la
investigación llega a su fin. El guión de Philomena
abarca, o al menos lo intenta, muchos y muy diferentes horizontes
representados en nuestros dos personajes principales, Philomena pese
a su edad se muestra razonable ante los diferentes temas sexuales que
se pondrán en entredicho durante la investigación, dando juego así
al más que polémico y sensacionalista tema: ''Compatibilidad entre
catolicismo y sexo''. Por otra parte el periodista interpretado por
Coogan (guionista y protagonista de esta obra), nos plantea el
moralista dilema periodístico entre ser fiel a tus principios
profesionales o dejar estos a un lado para alcanzar la fama y
prestigio, que hace mucho que desaparecieron de su vida.
El
problema de que un film como Philomena
quiera abarcar tantos extensos y sabidos temas es que las
conclusiones suelen caer en la obviedad y no plantea novedades. El
descuido de la forma para centrarse en las cuestiones sociales no
hace bien al film. Los personajes intentan resultar mucho más
carismáticos de lo que son en realidad, Judi Dench como mujer de fe
pero sorprendentemente liberal, pese a ser una respetable
interpretación, no termina de encajar por momentos y resulta
artificiosa en diferentes escenas. Coogan da vida a un personaje que
no termina de atar cabos en su relación con las muchas temáticas
que plantea la película, pese a una correcta interpretación. De
esta manera Philomenia
queda en la memoria como un ligero mapa de críticas sociales,
algunas contemporáneos, otras no demasiado. Fugaz y olvidable, la
nueva película de Stephen Fears (The Queen
2006) está nominada, además de a Mejor Película, a Mejor Actriz,
Mejor Guión Adaptado y Mejor BSO por los premios de la Academia.
Alfonso
Cañadas para Cine a la Carbonara.
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