Esta semana hemos tenido en la Región la V Edición del
Festival Internacional de Cine de Murcia IBAFF (Ibn Arabi Film Festival).
Después de anunciarse los ganadores del mismo, os traemos la crónica de todo lo
que ha dado de sí esta intensísima semana de cine en la Región, donde se
han podido ver en seis días más de
sesenta películas.
Como jurado popular del festival asiste a todas las sesiones
de la sección oficial (largometrajes, cortometrajes y operas primas) a las que
me fue humanamente posible acudir ya que algunas se solapaban en el tiempo.
Además, en el Festival se ha realizado una retrospectiva de varias clásicos del
cine portugués ya que el premio de honor era para la cinemateca portuguesa. Yo, Rafael Sánchez Casademont como jurado popular del Festival, con la inestimable ayuda de Alfonso García Cañadas (voluntario del Festival) traemos como siempre para Cine a la Carbonara la más completa crónica del
Festival murciano.
Lunes
El lunes, por la tarde, el jurado pudo ver la sesión que el
público vería el viernes por la mañana.
La sesión estaba compuesta por dos cortometrajes. El primero
era La
Strada Di Rafael de Alessandro Falco. Esto cortometraje italiano de 25
minutos de duración narraba la historia de Rafael, un adolescente desorientado
por la pobreza e inestable situación política de la ciudad y a su vez por un
hecho delictivo cometido por su mejor amigo. Un cortometraje que quería vender
bastante más de lo que en verdad era. La historia de un adolescente con malas
compañías. Para ello se servía de una narración desordenada y que quería
abarcar más temas de los que era capaz.
El siguiente cortometraje fue El Destapador, un
cortometraje chileno de 20 minutos dirigido por Carolina Adriazola y José Luis
Sepúlveda. El cortometraje contaba la historia de un grupo de jóvenes antisistema
enloquecidos. A los protagonistas, con un castellano increíblemente
tergiversado e inentendible, les gustaba protestar contra lo que fuese de las
formas más idiotas. Las imágenes de ellos colgados de la piel de su espalda o
el hombre que se metía el puño en su ano no creaban sensaciones más desagradables
que intentar entender a sus protagonistas.
El largometraje de la sesión era Pays Barbare, documental
dirigido por los prestigiosos Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi. Este ha
sido el largometraje ganador a mejor película de la sección oficial. Este
premio no hace sino aumentar la distancia que este Festival tiene con la gente
de a pie premiando obras que sería un suplicio ver para un espectador medio o
incluso avanzado. El largometraje se servía de imágenes de archivo mudas de las
actividades de Mussolini y sus tropas en África para intercalarlas con alguna
nota o escrito de algún personaje del conflicto. A quien esté interesado en
encontrar imágenes del tema o sea historiador puede interesarle. A quién vaya a
ver una película o un documental que le despierte algo de emoción en su
interior o le haga, al menos aprender algo, solo vera durante sesenta y cinco
minutos desgastadas imágenes de gente moviéndose, a veces coloreadas para darle
variedad. Soporífera en todos los aspectos. Eso sí, el trabajo de reunión de
material de archivo no es por ello menos meritorio.
En la sesión nocturna pudimos asistimos a la apertura al
público oficial del Festival. Después de los pertinentes discursos empezó el corto
de apertura, fuera de concurso, Redemption de Miguel Gomes. Un
cortometraje coproducido por varios países que mezclaba voz en off de distinta
gente en diversos idiomas con imágenes de archivo y de super8. Un cortometraje
francamente decepcionante que pierde el interés en su variedad, cambiando de
idioma, personaje e imagen continuamente, haciendo que nada importe o sea
relevante.
El siguiente cortometraje fue Nudo, ahora Madrid de
Janaina Marques, ya a concurso. El cortometraje es un correcto ejercicio de
denuncia a los deshumanizados desahucios
que vive la sociedad española actual. Para ello narraba la historia de una
madre que ocultaba a su hija que les
obligaban a abandonar la casa. Aunque la denuncia se agradece, el claro
posicionamiento político siempre influye para mal en la falta de objetividad
de, en este caso, una cineasta.
El Futuro, escrito por Alfonso García Cañadas.
Esa
misma noche pudimos ver la nueva y experimental obra de Luis López Carrasco, El Futuro. La película es una
muestra casi documental de la evolución social española retratando al sector
juvenil de la población. Casi toda la película nos muestra una fiesta
ambientada alrededor de los años ochenta con personajes cuyos diálogos resultan
imperceptibles para el público. Todo ello en el interior de una casa, el film
juega con la imagen de un modo de ser encriptado y rodeado por lo ajeno a su
forma de pensar o actuar, aunque en un futuro todo esto repercuta a ese
alrededor inconsciente. La estructura narrativa de El Futuro a veces
resulta atractiva, otras veces desconcertante y otras poco interesante, pese a
ello, no deja de ser un intento de reivindicación respetable por moldear las
formas del, a veces, poco imaginativo cine de nuestro país.
Martes
Después de un primer día en el festival francamente
decepcionante empezó el segundo día en el que el festival remontó el vuelo.
En la primera sesión de la tarde sin duda asistimos a uno de
los mejores cortos y uno de los mejores largometrajes del festival. El
cortometraje se trataba de Misterio, el nuevo trabajo del
prometedor realizador ilicitano Chema García Ibarra. Como siempre en su cine, un trabajo originalísimo y muy
divertido que ha sido seleccionado para la sección oficial de Festivales como
la Berlinale o Sundace. El mejor y, aunque esto pudo ir en su contra, más
divertido cortometraje del Festival.
La película también arrasó y era la que sonaba con más fuerza
para el Premio del Público pero se fue de vacío. Hablamos de The
dirties de Matthew Johnson. La película, a veces muy cómica y otras muy
dramática, narra la historia del propio director haciendo una película sobre
los abusones de su colegio, a los que llama “dirties” (sucios). El joven vive
por y para el cine, para el todo es una grabación como tal afronta esa nueva película y su
venganza de los abusones con terribles consecuencias. La película es
increíblemente cinéfila, llena de referencias sobre todo en los geniales títulos de crédito finales. El cine dentro
del cine, la comedia y una gran carga de originalidad en un relato psicopático
que recuerda a la tragedia de Columbine crean una mezcla francamente
interesante en The Dirties.
A las siete pudimos disfrutar de una interesante película que
se ha llevado una Mención Especial Opera Prima. La película es Os días com ele de María Clara Escobar.
La película es una serie de grabaciones a modo de entrevista al padre de la
directora. El protagonista es un exiliado político brasileño que ahora reside
en Portugal. Aunque el film no es ligero ni mucho menos entretenido, los
relatos de Carlos Henrique Escobar sobre las torturas y las represalias
dictatoriales así como la tensa relación con su hija no dejan de ser interesantes.
Después llegó la sesión nocturna con el cortometraje Los
Andes de Cristóbal León y Joaquín Cociña. El corto, de solo cuatro minutos
mostraba unas interesantes imágenes en Stop motion a los que le sobraba por
completo la innecesaria voz en off.
Historias de la meva norte, escrito por Alfonso
García Cañadas.
La
nueva propuesta del cineasta catalán, ganador del premio a Mejor Película en el
Festival de Locarno, trata sobre las hazañas de Casanova y el Conde Drácula. Lo
que vemos en pantalla casi todo el tiempo son las disparatadas acciones de
estos dos sádicos personajes (más Casanova que Drácula) que poco nos dicen,
excepto en ocasiones y 'cojido con pinzas', en lo referente a la variedad
contrastada de formas de pensamiento y reflexión de la Europa de época que
Serra promete transmitir en su película. Increíblemente pausada, el film, de
enorme calidad visual, no compensa con esto último su más que plomizo
desarrollo que hizo que muchos de los asistentes abandonaran la sala. Para el
que esto escribe, la película que más le costó terminar (con diferencia) de
este IBAFF 2014.
Miércoles
El miércoles quizás fue el día más equilibrado del festival
con varias películas destacables.
En la primera sesión asistimos a un cortometraje llamado Historias
do fundo do quintal de Tiago Afonso. Este cortometraje ha sido el ganador
del premio al Mejor Cortometraje del Festival. En resumen se trata de varias
imágenes de un porche un día lluvioso con tres voces en off distintas que
hablan de cierta revuelta pasada sin transmitir nada concreto. Según mi
experiencia, completamente irrelevante.
El largometraje de esta sesión fue Estudio de reflejos, de
Juan Soto que ya participo en el festival el pasado año con un cortometraje. En
su primer largo el cineasta colombiano saca a la luz sus primeras grabaciones siendo
un niño durante unas vacaciones familiares y las pone en comparación con un
cumulo de sus grabaciones actuales. En sus grabaciones modernas asistimos a su
viaje por los principales eventos cinematográficos españoles y descubrimos lo
que da de sí la evolución de la vida de una persona gracias al cine como único
aliado. Una interesante ópera prima que recuerda a otra obra superior, Mapa, de León Siminiani.
A las siete asistimos a la que quizás ha sido la película más
extraña del festival. Y
de Dionis Escorsa nos trae una película sobre la situación de Serbia
francamente surrealista e imaginativa. Lo mejor es sin duda los trucajes y la
libre imaginación del autor para mostrar un mundo real de forma tan onírica,
además de la fotografía. Lo peor es la narrativa, aunque la película cuenta una
historia, esta solo se ve en la sinopsis escrita.
A esta hora también se emitió, en otra sala, Norte,
The End of history del prestigioso cineasta filipino Lav Diáz. Aunque
no pude asistir por solapamiento de sesiones, todos los comentarios sobre la
película, de cuatro horas de duración, fue positivo. Además, se llevó un sorprendente y siempre significativo Premio del público a
pesar de su larga duración.
En la sesión nocturna nos esperaba el cortometraje cubano Toma
dos de Pilar Álvarez. Un
flojo cortometraje en el que una pareja narra una antigua discusión que
desembocó en un intento de suicidio de la mujer.
Costa da norte, escrito por Alfonso García Cañadas.
Sin
duda alguna las imágenes más impresionantes de esta edición del festival
murciano fueron las que Lois Patiño trajo con su Costa da Morte. La película consigue que el espectador no se
despegue de la butaca gracias al potencial que cada una de las escenas de este
magnífico documental nos muestra. El tema es sencillo en su planteamiento (que
no en su realización), Patiño pretende mostrar mediante la mitología de esta
costa gallega al ser humano rodeado de un enorme paisaje, consiguiendo además,
conservar durante todo el metraje esa imagen de tierra mágica a la vez que
peligrosa. Un logro visual único y unos diálogos que, aunque escasos, resultan
interesantes a la vez que anecdóticos, y hacen que Costa da Morte se
convierta en una de las mejores películas que han pasado por el IBAFF.
Jueves
El primer corto del penúltimo día de la sección oficial fue Pettring
de Eloy Domínguez Serén en el que el mismo director cuanta su experiencia como
inmigrante, trabajando de peón de obra
en Suecia. Años de carrera y un master le han llevado a esa situación, como
hace cincuenta años hicieron sus padres.
Hotel nueva isla, de Irene Gutiérrez y Javier Labrador fue el largometraje de
la primera sesión de la tarde. A lo largo de un año estos cineastas estuvieron
en Cuba relacionándose, cámara en mano, con los habitantes de un hotel en
ruinas, principalmente con el más antiguo de todos ellos. El protagonista es un
ser misterioso y enfermo que se resistirá hasta el final a abandonar su hogar.
Lo mejor, sin duda la fotografía y el extraño protagonista. Lo peor, su ritmo y
su falta de sinceridad al no saber si es verdad o ficción lo que vemos, ya que,
como la propia directora admitía, las escenas se ensayaban y repetían.
La sesión de media tarde fue sin duda la peor de todo el Festival.
El cortometraje se llama Aztarnak en el que una voz en un off
narra en euskera imágenes antiguas de una familia de Berlín. Media hora de
fotos y solo fotos (recuerdo que el cine son imágenes en movimiento) en las que
una pretenciosa voz alucinaba con lo que veía como si de algo relevante se
tratara. Por mucho que lo dijese la ilusionada voz, el corto era absolutamente
insustancial.
La película de la tarde se llama La multitud, del
argentino Martín Oesterheld. Probablemente peor película del festival, ha sido,
como no, galardonada con el Premio Especial del Jurado. El film es simplemente
una hora de imágenes rutinarias a edificios y calles. Hay dos escenas habladas
sin ninguna relevancia entre dos personajes que no tienen nada que ver con el
resto de planos de edificios, obras y carreteras. Después, escuchamos de la boca de su director que su intención es
la de proponer una metáfora sobre el olvido del pasado de su país en donde se
construye cosas nuevas encima de las viejas. Su objetivo puede ser respetable,
su película solo son vistas rutinarias, sin especial belleza, de una ciudad que
acabada la película confirmamos como Buenos Aires.
Le jour
et la nuit, escrito por Alfonso García Cañadas.
El Premio del Público a
Mejor Cortometraje de esta edición del IBAAF fue para el simpático corto
titulado Le jour et la nuit. La obra, casi de corte documental, habla
sobre la avaricia de la sociedad española y su falta de solidaridad con los más
necesitados. La principal innovación narrativa del corto es su homenaje a la
Nouvelle Vague francesa, ya que, pese a ser un cortometraje español, el
narrador habla francés acompañado de un elegante blanco y negro. Interesante a
la vez que, siendo sinceros, poco conseguido en el aspecto técnico.
La
cantante, escrito por Alfonso García Cañadas.
El siguiente cortometraje
que proyectaron fue La cantante. Una obra que nos habla sobre las
dificultades de comunicación de una pareja de ancianos rodeados por la
extravagante sociedad contemporánea, cuyo único vínculo con su pasado (del que
poco sabemos, excepto por alguna meticulosa y sutil pista) es la música clásica
que suena desde su anticuado tocadiscos durante todo el metraje.
Slimane, escrito por Alfonso García Cañadas.
La
película que dos días después ganaría el premio a Mejor Ópera Prima, es un
retrato sobre la dura adolescencia de unos chicos marroquís residentes en
Canarias. El film resulta claustrofóbico, rutinario y detallista al más puro
estilo de los hermanos Dardenne. Pero la trama de Slimane te atrae y
conquista conforme pasan los minutos y no decepciona en su conclusión. Una
agradable sorpresa más de este festival.
Viernes
Encuentro
de realizadores, escrito por Alfonso García Cañadas.
El esperado encuentro de
realizadores del viernes 19 fue finalmente protagonizado por los directores
Pedro Costa y Marc Recha debido a la ausencia de última hora del director
español Victor Erice por motivos personales desconocidos.
Estos dos realizadores,
comenzaron dando su personal visión del cine, un tanto dispar. El director
catalán, Marc Recha, nos habló de su infancia, de como el cine era su vida, de
como se educó con él (afirmó que su verdadera universidad fue la filmoteca) y
de los motivos por los cuales la situación del 'séptimo arte' en la actualidad
no le interesa demasiado (lleva cinco años sin estrenar nada). Nos habló de sus
rutinas, de lo mucho que pasa tiempo escribiendo y, para ser sinceros, cubrió
la sala de una imagen extremadamente nostálgica e imposible del cine en la
actualidad. Esto último no fue muy bien acogido entre parte del público, que
durante la ronda de preguntas intentaron 'buscarle las cosquillas' de
diferentes maneras posibles a su poco esperanzador discurso.
Pedro Costa comentó su
radical visión del cine. Quien conoce, aunque sea un poco, el cine de Pedro
Costa sabe que sus ideas poco tienen que ver con temas como la industria y los
galardones. Pedro es un cineasta comprometido hasta los huesos, que rueda
películas totalmente al margen de los estándares que el cine actual propone.
Los temas principales de sus obras son la pobreza, la droga y las enfermedades,
además, protagonizadas en la mayoría de casos por personas reales. El portugués
afirma que su mensaje para el cine es 'parar',
que el 90% de películas no deberían realizarse porque no sirven de nada.
Habló del despilfarro económico que suponen los Oscars y que para él, todo eso
tiene poco que ver con el cine. Pese a tener esa visión tan radical y
experimental del cine, Pedro es respetado por la comunidad cinéfila mundial y
en 2006 presentó su largo Juventud en marcha en la sección oficial del
Festival Internacional de Cine de Cannes. Para el que esto escribe fue un
orgullo poder tener en su ciudad a uno de los mayores exponentes
internacionales del cine actual, pese a que no me identifico con muchas de sus
ideas.
Centro
histórico, escrito por Alfonso García Cañadas.
A continuación
visualizamos la película Centro
Histórico, dirigida por cuatro realizadores de peso internacional:
Aki Kaurismäki, el ya nombrado Pedro Costa, Victor Erice y Manoel de Oliveira.
Las cuatro historias de
este film (divididas por directores) están ambientadas en la ciudad portuguesa
de Guimaraes.
En su capítulo, el finlandés
Aki Kaurismäki deja su marcada huella gracias a su frío y más que reconocible
estilo, contándonos esta vez la solitaria vida de un humilde camarero.
El capítulo dirigido por
Pedro Costa, de corte experimental como toda su obra, habla sobre la
persecución de negros por parte del ejército portugués durante la revolución de
los claveles. Es quizás la más lenta en su desarrollo y quizás menos atrayente,
pero goza de una potente fuerza visual.
Erice como siempre nos
conquistó con su capítulo dedicado a los antiguos obreros de una fábrica textil
portuguesa y a sus descendientes. De
corte documental y con elegancia suprema, Erice nos habla del pasado y la
evolución de las formas de vida en la ciudad de Guimaraes.
Para acabar, el
centenario director portugués Manoel de Oliveira concluyó el film de forma
cómica con una clásica, aunque muy divertida, crítica a la sociedad tecnológica
que nos rodea.
Simultáneamente, otros espectadores disfrutaron de la que salió ganadora del
Premio del Público a Opera Prima. La ganadora fue Les Chebabs de Yarmouk de
Axel Salvatori-Sinz que cuenta la historia de un conflictivo grupo de jóvenes
que, una vez adultos, se ven en la necesidad de separar sus caminos a pesar de
las consecuencias.
En la que fue la última sesión de la sección oficial del
Festival IBAFF 2014 pudimos disfrutar de dos cortos y un largometraje. El
primero de los cortos es, sinceramente, de un nivel bajísimo. El mismo, llamado Pájaro, solo tiene justificada la presencia en
el Festival por haberse realizado durante el mismo, dos ediciones atrás.
El siguiente cortometraje si tenía cierto interés. Llamado The
wave, asistimos al que fue su
estreno en España y que versaba sobra la memoria histórica y el desentierro de
los cadáveres republicanos. Las imágenes representaban desde la misma posición
grandes saltos de tiempo, mientras las voces debatían el porqué de la necesidad
de desenterrar esos cuerpos.
El último largometraje de la sección oficial fue para el que
esto escribe, durante todo mi experiencia como Jurado Popular, el mejor
largometraje de todo el Festival. La jungla interior está dirigida por
Juan Barrero. La película, de imágenes bellísimas recuerda en cierta medida a El árbol de la vida de terrence Malick.
Narra, a modo de documental, la historia de Juan y su novia Gala. Aunque Juan
no quiere tener hijos, Gala se queda embaraza. Juan se entera en un viaje, que
realiza con el National Geographic, del suceso. Como contaba el propio director,
a partir de ese momento se vio en la necesidad de grabar, grabarlo todo. Desde los momentos más
íntimos a los más naturales. Asistimos en primera persona, siendo los ojos de
Juan, a un video casero de enorme calidad técnica y fotográfica que no se queda
atrás en cuanto a emoción. Una originalísima visión de la relación en pareja
totalmente veraz y natural, ya que, lo que vemos es casi al cien por cien
auténtico. Solo varios años después del parto de Gala Juan decidió hacer una
película con todo el material que tenía. De este forma asistimos a un formato
único, una especie de documental sobre naturaleza, pero que versa sobre el
interior de la cabeza de una persona, somos sus ojos tanto en la selva como
ante su pareja, incluso en relaciones sexuales considerablemente explícitas. De
esta forma, el director nos desnuda su mente y nos hace ser por completo sus
ojos durante los meses más intensos de su vida. Merece la pena verlo.
Sabado
Finalmente, el sábado por la mañana se entregaron los premios a los ganadores y por la tarde se
volvieron a exhibir las películas vencedoras, así como una nueva sesión de El futuro. Esa tarde también se proyectó
la película de clausura del Festival, E
agora? Lembra-Me, de Joaquim Pinto, película portuguesa ganadora del Gran
Premio del Jurado del Festival de Locarno.
Finalmente, desde el blog de Cine a la Carbonara queremos dar
las gracias a este interesante y joven Festival que trae a estas tierras, tan
faltas de cine, una semana llena de eventos y películas que no se podrían ver
en la Región de ningún otro modo. Gracias por el esfuerzo Festival IBAFF, hasta
el año que viene.
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