Ya ocurrió a finales de los
años 20, cuando el sonido estaba a punto de llegar a la gran
pantalla y los cineastas exprimían todo el jugo posible a sus
relatos cinematográficos con técnicas asombrosas y un lenguaje tan
moderno como sólido, dejándonos verdaderas obras maestras para la
eternidad como Lonesome (1928) de Paul Fejos, El mundo Marcha (1928) y Espejismos (1928), ambas de Vidor, o Apshalt (1929)
de Joe May, entre otras muchas de una larga lista. La piratería
aprieta, y con fuerza, a la industria del cine, y mientras unos
apoyan la promulgación de leyes que resultan inútiles desde su
entrada en vigor, otros , como Iñárritu y el resto de su equipo,
trabajan en obras que demuestran la grandeza del cine, y de parte
recogen alabanzas (y beneficios económicos) allá por donde van.
Como las mejores obras del
viejo Hollywood, Birdman destaca por su perfecta combinación entre
poderío visual y tecnológico con un argumento y personajes
profundos y sólidos, que en muchos momentos nos recuerda a las
geniales líneas escritas por Joshep L. Mankiewicz para Eva al
desnudo (1950).
Y es que Birdman es muy
grande, y golpea con fuerza a todas aquellas obras que utilizan una
máscara de humanización de sus superhéroes para crear taquillazo
justificándose en la calidad. En Birdman tenemos un superhéroe sin
traje. Un valiente que pretende conseguir la mayor heroicidad
posible, una auto-producción rentable.
Su técnica nos sorprende y
su innovadora forma de cruzar historias nos hace aplaudir por su
agilidad y aparente sencillez narrativa, repleta de horas de trabajo
a sus espaldas. Iñárritu juega y combina elementos de acción en un
drama profundo, demostrando que la forma no hace el contenido.
Y es que aunque ''la gente
solo quiere explosiones, no estupideces filosóficas'', Iñárritu
nos demuestra que el verdadero héroe no lleva capa y traje, sino que
es aquel que se arriesga a apostar todo su dinero por algo en lo que
cree.
No es necesario ser un
pájaro para volar alto, altísimo, como aquellos geniales planos
secuencia que no acaban, sino que cualquier valiente puede ser un
héroe si cree en el verdadero cine. Una cámara y ambición son la
mejor capa y los mejores superpoderes. Porque el cine es poderoso,
and You are the Birdman.
Quiero verla, quiero verla. De Iñarritu no desprecio nada, es un cineasta como la copa de un pino.
ResponderEliminarPues aprovecha, que aún anda por la cartelera de muchos cines ;)
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