Cinco jóvenes
estudiantes van a descubrir que no sólo su pequeña ciudad, Angel Grove, sino todo
el mundo está al borde de la extinción por una amenaza alienígena.
Elegidos por el destino, los jóvenes pronto descubrirán que son
los únicos que pueden salvar el planeta. Pero para poder lograrlo
deberán superar sus diferencias y unirse como los Power Rangers antes
de que sea demasiado tarde.
En 1995 ya se estrenó un
film con posterior secuela en el que se apostaba por ahondar en los conflictos
vividos en la serie y que por tanto no era más que un episodio más largo y con más
presupuesto que lo visto en televisión. Con esta nueva versión, Dean
Israelite y su equipo parecen no terminar de decidirse en si
presentarnos algo totalmente nuevo con toques de la original o
simplemente emular lo que ya hacía la del 95, esto es, un capitulo largo y
poco más de lo mismo de siempre.
Esta dicotomía, la vemos
en los dos únicos actos que nos presenta el film, el primero asemejándose al arquetipo
del cine de Super Héroes actual, nos presenta una historia de origen que se
aleja bastante de la serie original en cuanto a la relación y personalidad de
los protagonistas, los nombres son los mismos pero los conflictos internos
que viven e incluso su propia relación son distintos, más actuales y más imperfectos,
donde la diversidad va un paso más allá del color de piel y se nos presentan
problemas de conducta, trastornos de atención y la problemática de tener una
preferencia sexual u otra en una sociedad mayoritariamente intolerante.
En ese sentido es
donde el film se hace grande, ya que toda la amalgama de elementos nuevos
en cuanto al desarrollo interno de los personajes, hilan muy bien con esos gags
y toques a lo ‘fan service’ que homenajean a la serie original. Ese aire a comedia
dramática ‘teenager’ es algo que funciona y casa muy bien con el arquetipo
Power Ranger.
El problema del film
radica en lo que por título lleva, y es cuando los ‘Power Rangers’ ya con
sus trajes hacen acto de presencia. En ese momento, todo cambia, el
propio concepto de película que se nos desarrollaba en un principio se le
da la vuelta para dar paso y casi sin darnos cuenta a un climax de
acción donde todo ocurre de forma precipitada y nada tiene sentido, todo sucede porque sí y el espectador acaba
sin saber en qué momento esos personajes pasan de un ‘punto A’ a un ‘punto B’ sin
una conexión natural y acorde a lo que la primera hora de película
ofrecía.
Lo que se denota, es que en la
parte del film ‘más Power Ranger’ el director y su equipo no han querido arriesgar y directamente han
copiado lo que sería un climax final de un capítulo de la serie y trasladarlo
tal cual a un film cuyo desarrollo inicial no pega con algo así, y aún se
podría defender si se hiciera como en la serie, pero no, el montaje y dirección de ese climax es horrible,
el
diseño de los zords es horroroso, apenas se puede ver como son, los trajes
igual, no se nos presenta la transición de ensamblaje del mega zord, las
coreografías de las escenas de acción son paupérrimas y apenas se pueden seguir
con naturalidad, en esto, la serie, que ya es delito decir con el poco
presupuesto que tenía, es muy superior al film, igual que
el film original del 95. Es tan malo el intento de homenaje del último tercio del
film, que la música original se usa de forma escasa y
muy burda, casi parece una parodia más que un
intento de acercamiento al concepto original.
Pese a todo esto, el film tiene
mucho ‘fan service’, sabe jugar con la nostalgia y además pese al
último acto, tiene un buen inicio y un desarrollo que
aunque ligero y previsible, se hace divertido y más interesante que lo
que se nos ofrecía en la serie cuando esos Rangers eran de carne y hueso. Por
esto, hay alguna esperanza de que finalmente si se hace una secuela, se pueda
entregar un producto mejor una vez ya pasado la siempre problemática tarea (hablando de cine de
Super Héroes) de contar una historia de origen.
PD: Hay escena a mitad de los créditos
NOTA: 5.0
Por Joaquín Muñoz (@JoaquinMGLoL)
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