Después de un preestreno
absolutamente gratis, el segundo largometraje de Paco León ya está en nuestros
cines de forma corriente y llega después de ganar en el Festival de Málaga el
premio al Mejor guión y Mejor actriz secundaria. El director nos trae la
segunda parte de la historia de Carmina y lo hace, de nuevo, con mucho humor
negro e inteligencia.
Al contrario que Carmina o revienta, esta segunda parte
ya no está estructurada en forma de falso documental, sino de pura comedia
costumbrista. El aumento del presupuesto también se hace evidente en una historia
más larga y ambiciosa, con más personajes y escenarios pero manteniendo el
carácter de película independiente, en el mejor sentido de la palabra,
totalmente intacto. Esta vez Carmina, interpretada por Carmina Barrios, madre
del director deberá ocultar la muerte de su marido todo un fin de semana para
cobrar la paga extraordinaria. Le ayudará su hija, María León, hermana del
director. También, volverán a repetir personajes como la amiga de la reina y
aparecerán otros en forma de pintorescos vecinos y amigos de Carmina.
No deja de ser una sorpresa muy agradable ver como en alguien que
uno considera un buen actor cómico, encima encasillado en un papel de exyonqui
retrasado, se escondía alguien tan astuto e inteligente, capaz de devolver la
comedia española a sus características más grandes. Si el gran cine español ha
tenido un rasgo común ese siempre ha sido el humor negro, apoyado además en el
costumbrismo o folclore nacional, que se lo digan sino al gran Berlanga. Muchos
parecen no querer acordarse de esto y se
centran en un humor simplemente grosero y deplorable, sin ningún ingenio y
gracia, para conseguir cierta taquilla, imitando además, al cine americano de
consumo para adolescentes en busca de pechos en pantalla.
Paco León, en su paso a la
dirección, pasa de todo eso, intenta resucitar el humor negro, el espíritu de
las grandes comedias españolas, de los guiones de Rafael Azcona, de El pisito, El verdugo o Placido. Además de crecer como director
en cuanto a estética y variedad temática, Paco León también muestra su
evolución como guionista incluyendo muchísimas situaciones y personajes cada vez
más histriónicos, guardándose un buen cartucho para el final. Todo ello lo hace
acompañado de su madre, una actriz como la copa de un pino, todo un personajazo
que solo su hijo conocía y de buena gana comparte y explota, con cámara de por medio,
para el mundo. Como habla, como mira, como se mueve, como simplemente está y,
sobretodo, como calla Carmina barrios sigue siendo un espectáculo. María león,
por su parte, también sigue demostrando su futuro como actriz con otra buena
actuación.
Sin embargo, juega en contra de
la película que la sorpresa por ese humor, ese personaje principal, esa habla y
ese estilo ya no existe al tratarse de una segunda parte por lo que se sale del
cine menos impresionado que la primera vez. Me decepcionaría bastante Paco León si dejará una tercera parte de Carmina, por ahora ha demostrado más inteligencia.
Carmina o revienta, Carmina y Amén, dos de las mejores y más
inteligentes comedias del cine español en mucho tiempo. Porque otro cine
español es posible. Con poco dinero, mucho humor negro, personalidad y
autentica consciencia de su país y su cine, Paco León y su Carmina significan, sin duda, un brote verde en el cine español.
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