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23 de enero de 2014

Jeune et Jolie: Imposible ser siempre joven y bonita



 Tras el éxito de Ozon con En la casa el pasado año, ganadora del premio a mejor película en el Festival Internacional de cine de San Sebastián, el director presentó en Cannes su nueva película Jeune et Jolie.

Su nueva obra es un retrato amargo sobre la juventud, las desilusiones, los sentimientos y el amor como imposibilidad de llenar por completo los apetitos vitales de una joven de 17 años. Al igual que En la casa, Ozon se centra en retratar la vida apacible y convencional de una familia de clase media-alta francesa, contraponiendo esta rutina a un personaje, en este caso principal, que rompe todas esas reglas para saciar sus deseos y llenar de algún modo el vacío que los insípidos hábitos familiares le provocan debido a sus irremediables intentos frustrados de alcanzar la perfección.




Mientras que En la casa nos mostraba cómo un cultivado matrimonio y una ilusa familia se veían despiezados por la intromisión de un intrigante personaje exterior, en Jeune et Jolie ese personaje viene de dentro, de la propia familia protagonista, y es mucho más frío e insensible. No busca su satisfacción solo truncando la vida de los demás, sino también la de sus propio familiares.

Pero de algún modo Isabelle busca la destrucción de lo impuro con acciones aún más inmorales. Le gustaría resguardar a su familia en un ideal imposible. Esta frustración le hará desprenderse del cariño que siente hacia su madre y centrarlo hacia su hermano, el único componente de su familia que aún da señas de inocencia.



La protagonista decide prostituirse para contrariar de algún modo la perfección y moralidad aparencial que su familia pretende construir. Si realmente todos estamos sucios, ¿Por qué no aprovecharse de ello? ¿Para que predicar sobre el puritanismo y tras ese manto esconder nuestras perversiones si estas mismas al descubierto pueden generarnos riqueza y abundancia? Hacer cosas que ni innumerables duchas podrán borrar nos acercan más a disfrutar de las situaciones que realmente sí se asemejan a la perfección. ¿De qué sirve el primer amor de verano si el sexo lo mancilla todo? Nuestros deseos carnales son inevitables. El cariño, incluso el amor, es inevitable pero no por ello definitivo. De estas forma la protagonista se dará cuenta de que en este mundo es imposible ser siempre joven y bonita.

Alfonso Cañadas para Cine a la Carbonara.
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