Ahora me ves supone la quinta película del Louis Leterrier,
director entre otras de ‘Transporter 2’ y ‘El Increíble Hulk’. Con una
recaudación de 351 millones de dólares, para un presupuesto de 75, se ha
convertido en uno de los éxitos sorpresa de este año. Aun así, ‘Ahora me ves’
peca de tener varios problemas, con un planteamiento bastante plano, unos
personajes poco desarrollados, guión inconsistente y efectos que hacen a la
película poco mágica en su conjunto.
Además, los cuatro protagonistas principales, por arte de
magia dejan de ser protagonistas, para convertirse en simples secundarios que
forman parte del espectáculo, no estando bien desarrollados como personajes y
haciendo que el espectador básicamente no sienta empatía con ellos, es
decir, le da igual lo que les vaya a pasar. Aun así, el buen ritmo del que goza el film, lo hace una buena opción para pasar la tarde, y la presencia de actores como Morgan Freeman y alguna sorpresa final suben el nivel de la película, llegando a tener algún momento memorable, pero habiendo películas como ‘El truco Final’ o ‘El Ilusionista’, hacen que el nivel de propuestas como ésta baje considerablemente.
Además, esos supuestos trucos de la película se quedan vacíos y sin alma, abusando de los efectos especiales, pareciendo verdaderamente imposibles de hacer y quitando naturalidad y efectismo de los propios trucos, algo que estaría bien si la película nos vendiera eso, pero la película deja claro desde que comienza, que son simples y en teoría sencillos trucos que aunque correctos, al final hacen que a la película le falte el último de los tres actos que se nos presentan en películas como ‘El Truco Final’, y que os dejo aquí:
“Todo efecto mágico consta de tres partes o actos. La
primera parte, es la presentación: el mago muestra algo ordinario, una baraja
de cartas, un pájaro o una persona. El mago lo exhibe, os puede invitar a que
lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro. Todo es normal. Pero claro,
probablemente no sea así. El segundo acto es la actuación: el mago, con eso que
era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces intentareis
descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo, no queréis
saber cuál es. Lo que queréis es que os engañen. Pero todavía no aplaudiréis.
Que hagan desaparecer algo no es suficiente, tienen que hacerlo reaparecer. Por
eso, todo efecto mágico consta de un tercer acto, la parte más complicada, el
prestigio”.
NOTA: 5.25
Por Joaquín Muñoz
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