Dos años han sido los que hemos tenido que esperar para reencontrarnos con Pixar en la gran pantalla. Pero esa espera ha merecido la pena con tal de disfrutar de otra obra maestra de perfecta factura, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados este estudio de California.
Del revés (Inside Out), cuenta la historia de una niña (Riley) que, por motivos familiares, se ve obligada a mudarse de ciudad. Ella, hasta ese momento, había sido una niña muy feliz pero al llegar a su nuevo hogar comienza a verlo todo de otra manera y le invade la negatividad. Aunque la originalidad del relato radica en que también vemos lo que ocurre por dentro de Riley a través de sus emociones básicas: Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo. A pesar de que la película aprovecha al máximo las posibilidades de este recurso de ver lo que ocurre dentro de una persona no es algo nuevo, ya lo pudimos ver anteriormente en la serie Érase una vez… la vida o, más recientemente, en el cortometraje Brain Divided (2013).
Pete Docter, el director de la película, obtuvo la inspiración para llevar a cabo este proyecto a través de la observación de su hija, que cuando llegó a la edad de doce años comenzó a perder parte de la alegría de su infancia y, Docter, se preguntó que estaría ocurriendo en el interior de esa cabecita. Con el objetivo de realizar una representación gráfica de cómo funcionan las emociones humanas, Pixar recurrió a varios psicólogos para asesorarse a nivel científico. Pero no se trata de una película, en absoluto, de divulgación científica o meramente educativa.
La película podría ser dividida en dos partes, dos narraciones paralelas, la que ocurre en el interior de Riley y la que ocurre en el mundo físico. Mientras que lo que ocurre en el mundo exterior podría, si eliminásemos el metraje correspondiente sobre las emociones, ser un drama, la parte referente al interior de la niña podría ser clasificada como película de aventuras, donde Alegría y Tristeza son las protagonistas que deben de realizar un viaje para regresar a la central de control. El film juega de una manera brillante con los mecanismos del pensamiento humano y a través de alegorías (las islas de la personalidad, imaginalandia, la cueva del subconsciente) se va construyendo un relato bastante sólido. A pesar de que Tristeza podía haber sido usada como una excusa para caer en el sentimentalismo fácil, para nada cae en este recurso tan utilizado últimamente en películas provenientes de la industria hollywoodense.
Ningún elemento se ha dejado al azar en Inside Out. Las formas, los colores… todo ha sido perfectamente medido en esta película. Si hay algo que resulte especialmente llamativo son las increíbles texturas de los personajes que habitan en el interior de la niña, que resultan ser todo un espectáculo sensorial para la vista. También los gags están encajados a la perfección, consiguiendo que el espectador no pueda evitar soltar alguna carcajada que otra. A los más avispados no se le pasarán por alto los denominados “easter eggs”, entre los que se incluyen referencias a películas de la propia factoría Pixar, como Ratatouille, o a otras grandes obras, como Mi vecino Totoro. Para finalizar, solo se ha de mencionar que por falta de competidoras, Inside Out se postula, de momento, como favorita para el Oscar a mejor película de animación a la espera del estreno de El viaje de Arlo.
¡Ah! Lo olvidaba, esta reseña ha sido patrocinada por Triple dental.
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