Después de pasar por nuestros cines, ya estamos en condiciones de
evaluar la nueva propuesta del aclamado por la crítica y, aún más por el público, Christopher Nolan, Interstellar.
La película nos sitúa en un futuro cercano en el que los
medios de la tierra están llegando a su fin y los alimentos escasean. En ese
mundo la tecnología no es tan necesaria como el cultivo, por lo que gente como
el protagonista, al que interpreta Matthew McConaughey, ingeniero y antiguo piloto
de la NASA se dedica al cultivo en una granja. Un extraño suceso en la
habitación de su hija le lleva hasta la resistencia de dicha organización espacial. Es elegido para
ir a otra galaxia, a través de un agujero de gusano y buscar, entre tres
planetas, alguno adecuado para que la humanidad se traslade. Para ello deja a
sus dos hijos atrás, sabiendo que el tiempo para él pasará mucho más lento que para
ellos. Le acompaña en su viaje Anne Hathaway, como doctora. Jessica Chastain
interpreta a la hija del protagonista en edad adulta. A este reparto sumamos
nombres como el de Matt Damon o el amuleto del director, Michel Caine.
Siguiendo el modus operandi del cine de Nolan la película
jugará con los conceptos del espacio-tiempo y las distintas dimensiones,
sumando algunos conceptos de matemática cuántica y relatividad para dar
complejidad a la expedición y meternos en su habitual juego de niveles como ya
hizo en Origen o Memento.
La película intenta llegar al espectador de dos formas. La
primera es la rama sentimental jugando con la relación del protagonista y su objetivo
de volver con sus hijos que, aunque no está sobrecargada, a veces resulta
sobrante y repetitiva en la situación narrativa. La otra es la intelectual,
explicando los conceptos básicos del espacio y las dimensiones, a veces,
descaradamente explicadas solo para el espectador. El juego con las dimensiones
y el tiempo pueden surtir el efecto estimulante necesario en algunas ocasiones,
sobre todo, en el desenlace pero también muestra el creciente miedo del director
en hacerse entendible para cada vez más público desde que realizará Memento en
el 2000.
Por el contrario a lo que parece apuntar la película, los
momentos más espectaculares y estimulantes del film son los momentos puramente
espaciales, los agujeros negros, las órbitas y el vacío del espacio.
Tristemente, estás imágenes suelen pasar bastante rápidas dejando, aún, en
primera posición en los paseos espaciales a 2001,
Una Odisea del espacio, de Stanley Kubrick, aún sin rival.
El gran reparto no destaca en ningún momento y actores en el
mejor momento de sus carreras como el trío
protagonista firman un papel correcto, pero, sin duda, el más desapercibido de
su trayectoria reciente.
En conclusión,
Interstellar es un entretenido viaje por el espacio que narra una aventura increíble,
con el "original" objetivo de salvar a la humanidad, que juega con las dimensiones y el
tiempo, con una trama sentimental e intelectual corriente pero con una factura
de producción asombrosa, aunque algo desaprovechada. Sin duda, no decepcionará
a los fans del género y de su director pero parece destinada a situarse en un
nivel medio entre el resto de trabajos del realizador inglés. Le falta algo,
aunque poco para asombrar.
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