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17 de diciembre de 2016

[CONTRACRÍTICA] Paterson: cuando la poesía se cae



Desde Cine a la Carbonara alentamos al debate crítico al fin de multiplicar las voces y la pluralidad de pensamiento que existe dentro del mundo de la crítica cinematográfica. Es ese mismo pensamiento crítico, pilar básico del código deontológico de aquellos y aquellas que componemos este blog, lo que nos incita a no seguir una línea común con el resto, y lo que, en última instancia, motiva este artículo.

Hace unos días mí muy querido amigo y compañero de blog, Rafael Sánchez, realizaba una crítica, muy loable, a la nueva película de Jim Jarmusch: Paterson, en concatenación al resto de críticas presentadas por la corriente de pensamiento institucionalizado del mundo de la crítica cinematográfica. Es extraño, que un universo tan diverso y complejo, todos hayan llegado a la misma conclusión de que nos encontramos ante una película magistralmente creada por su director, donde la vida se convierte en poesía pura y fluida, llenando todas las esencias mismas de la existencia, sin posibilidad de aburrimiento o hastío.

 De igual manera que Mark Twain señalaba “Los rumores sobre mi muerte han sido enormemente exagerados”, podemos de expresar que las críticas sobre esta película han sido enormemente desmesuradas hacia una vertiente positiva. Comparto con la crítica de este blog afirmaciones como: “Paterson es, ante todo, una película sobre la belleza poética de la vida” o “Interpretado de forma natural, minimalista y llena de delicados pero expresivos gestos por Adam Driver.” Cómo no caer rendido ante escenas delicadas donde una simple mueca con los labios representa la aprehensión del protagonista con los usuarios del transporte público. Empero, no se puede caer ante afirmaciones tan categóricas como que Paterson es una obra maestra, cuando el tándem fílmico queda cojo con un personaje masculino magistral acompañado de una representación estereotipada de la mujer blanca de clase media norteamericana. Así lo atestigua el comportamiento del personaje femenino como ama de casa encargada de las labores domésticas y enfrascada en el aprendizaje de nuevas técnicas musicales con la finalidad de poder llenar el vacío existencial que produce su anodina vida. Y es que, en el momento en que el protagonista llega a casa el espectador se encuentra con el dilema de entender un profundo universo poético con un personaje que constantemente rompe con la línea marcada por el film.

No es que se trate de una mala actuación (o por lo menos el doblaje al español no produce esa sensación), sino simplemente ante un personaje representante de clichés femeninos de los años cincuenta. Se podría pensar que la intención del director es la de plantear un debate al espectador al construir un personaje tan estereotipado, que sirva como crítica a de la propia sociedad estadounidense. Sin embargo, existen diferencias entre plantear un personaje para ironizar sobre un aspecto social, y construir una figura femenina estándar, en las antípodas del otro personaje que ocupa la escena, en una película que no es irónica, ni pretende serlo.

La estandarización de personajes femeninos a través de modelos estereotipados reduce el valor de la propia película, que no es capaz de salir de algunos clichés sociológicos sobre el entorno familiar, impidiendo el algunos momentos poder disfrutar de la fuerza visual de las escenas. Sin embargo, a pesar de este fallo argumental Paterson, por su propia poseía interna, merece que se le dé una oportunidad.

MÁS CRITICAS A ESTA PELÍCULA
Colaborador
Rafael Sánchez

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4 comentarios :

  1. Vaya, pues yo estaba convencido de la bondad de la película. Tu reseña siembra dudas en mi interior, Israel.

    Un abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias por visitar nuesta página y por tu comentario. Según mi criterio, la película presenta claroscuros que no permiten catalogarla como obra maestra. No obstante, es una película que puede disfrutarse y que tiene verdaderos momentos agradables para el espectador.

      Un saludo

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  2. Espero no caer con esto en una crontracrítica de la contracrítica, algo que ya sería excesivo. Sin embargo, me gustaría dejar por escrito que comprendo y coincido en la mayoría de tus argumentos. Sin embargo, creo que Paterson no sería una obra maestra sin tener y representar luces y sombras en sus personajes. Creo que la falta de sexo entre ambos, las cervezas nocturnas del protagonista y la necesidad de algo más en su monótona vida de ama de casa de la protagonista, algo más que no necesita Paterson con su poesía (no quiere publicar) es parte de la belleza y parte de cómo ese retrato se convierte en vida. Así, no entiendo la belleza de la vida como lo positivo ni ese amor como algo tremendamente cursi e idílico. El matrimonio de Paterson es bonito pero también monótono y sin chispa (no digo sin amor) como su trabajo, por eso vive de la poesía, también imperfecta y, como dice Paterson, sin rima ni métrica me gusta más el verso. Una pena que no hayas podido disfrutarla en original, creo que la voz de ambos protagonista así como la poesía han de ganar enormemente y hacer que la película te parezca menos defectuosa. Sin embargo, volviendo al personaje femenino que ya he justificado en parte, me gustaría incidir también en el aspecto poético de duplicidad que tiene ella, como toda la película. Si Paterson es la peli, el prota, la ciudad y el poema de WCW, todo está poblado de gemelos, aparece el protagonista japones de Mistery Train o los dos protagonistas adolescentes de Moonrise Kingdom hablan de anarquismo en el bus la mujer también forma uno de estos juegos. Cuando la misma actriz como todos los demás nos preguntábamos por su elección como protagonista todo quedo resuelto en este juego. Si recuerdas, la poca relación de la mujer con nada exterior y su anclaje como espíritu hogareño (Paterson no habla con nadie de ella, ni en el bar ni el trabajo) lo convierte en una presencia poética más que bien podría ser una musa, una ama de casa aburrida o un fantasma. La clave de esta sutiliza se encuentra en su salida juntos, al cine. Allí ven una película en blanco y negro, igual al color del mundo donde vive la protagonista. Así, encontramos respuesta al casting, el parecido que aclara este juego de duplicidades, la protagonista de esa película clásica y la protagonista de Paterson.

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  3. Querido Rafael Sánchez, la discrepancia, debida a formas distintas de entender el cine, nos permite valorar aspectos totalmente diferentes en el momento de abordar un análisis. Agradezco que pongas en valor la dualidad, así como algunos juegos del director, que por mi ignorancia fílmica desconocía. Por otra parte, me pareció una película tan realista, donde aborda temas de gran relevancia social, como la alienación del ser humano, que me presentar un personaje femenino con esas características rompía ciertamente la corriente realista de la película. No obstante, agradezco tus observaciones y volveré a visualizarla, esta vez en VOSE.

    Un saludo

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