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25 de febrero de 2014

Philomena: Dilemas religiosos, sexuales y profesionales


El próximo viernes se estrena en España la más ''discreta'' película nominada a la categoría de Mejor Película en la edición de los Oscars de este año. Y digo ''discreta'' porque quizás es la que menos repercusión ha tenido en las diversas y típicas apuestas y porras para los premios que ofrece la Academia.

Philomena nos plantea la historia real de una mujer irlandesa que da nombre a la película, internada en un convento durante su juventud tras un breve encuentro pasional y quedar embarazada, las monjas vendían estos niños sin padre a familias americanas generalmente bien posicionadas. Philomena con la ayuda de un periodista intentará investigar el caso de la desaparición de su hijo.

El comienzo del film no promete demasiado, contándonos, quizás de forma excesivamente dramática y enternecedora, la pérdida de un hijo expresado en el profundo dolor de una joven e inocente madre. Más tarde, conforme avanza, el guión de Coogan parece querer abarcar muchos más horizontes de los que habríamos apostado en los primeros quince minutos de cinta. Vemos de esta manera un enfrentamiento religioso entre Philomena y su acompañante, ambos polos opuestos en cuanto a cuestiones de fe, que tendrá como finalidad que sus creencias y principios se tambaleen conforme la investigación llega a su fin. El guión de Philomena abarca, o al menos lo intenta, muchos y muy diferentes horizontes representados en nuestros dos personajes principales, Philomena pese a su edad se muestra razonable ante los diferentes temas sexuales que se pondrán en entredicho durante la investigación, dando juego así al más que polémico y sensacionalista tema: ''Compatibilidad entre catolicismo y sexo''. Por otra parte el periodista interpretado por Coogan (guionista y protagonista de esta obra), nos plantea el moralista dilema periodístico entre ser fiel a tus principios profesionales o dejar estos a un lado para alcanzar la fama y prestigio, que hace mucho que desaparecieron de su vida.


El problema de que un film como Philomena quiera abarcar tantos extensos y sabidos temas es que las conclusiones suelen caer en la obviedad y no plantea novedades. El descuido de la forma para centrarse en las cuestiones sociales no hace bien al film. Los personajes intentan resultar mucho más carismáticos de lo que son en realidad, Judi Dench como mujer de fe pero sorprendentemente liberal, pese a ser una respetable interpretación, no termina de encajar por momentos y resulta artificiosa en diferentes escenas. Coogan da vida a un personaje que no termina de atar cabos en su relación con las muchas temáticas que plantea la película, pese a una correcta interpretación. De esta manera Philomenia queda en la memoria como un ligero mapa de críticas sociales, algunas contemporáneos, otras no demasiado. Fugaz y olvidable, la nueva película de Stephen Fears (The Queen 2006) está nominada, además de a Mejor Película, a Mejor Actriz, Mejor Guión Adaptado y Mejor BSO por los premios de la Academia.



Alfonso Cañadas para Cine a la Carbonara.
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